La contaminación atmosférica se produce cuando la emisión de sustancias a la atmósfera cambia la composición del aire, provocando desequilibrios ambientales y causando daños a la salud de los seres vivos.
También llamada contaminación del aire, este tipo de contaminación es una de las más perjudiciales para los seres humanos y los ecosistemas.
Una de las principales causas de la contaminación atmosférica es la quema de combustibles fósiles, como el carbón y el petróleo. Este tipo de contaminación comenzó a intensificarse en el siglo XIX, tras la Revolución Industrial.
Según la Organización Mundial de la Salud, actualmente se producen alrededor de 7 millones de muertes prematuras cada año como consecuencia de la contaminación atmosférica.
La contaminación atmosférica también contribuye a agravar el efecto invernadero y el calentamiento global, que desestabilizan el clima y provocan consecuencias que pueden ser desastrosas para la vida en la Tierra.
Causas de la contaminación atmosférica
La contaminación del aire puede ser causada por fenómenos naturales y por la acción humana.
Entre las causas naturales de la contaminación atmosférica, podemos mencionar los gases emitidos en las erupciones volcánicas, la descomposición de la materia orgánica (causada por hongos y bacterias), la liberación de metano del sistema digestivo de los animales y el polvo de los desiertos.
Sin embargo, en cantidad, estas emisiones representan una parte muy pequeña en comparación con la contaminación atmosférica total actual.
Las actividades humanas son responsables de la mayor parte de la contaminación y están creciendo a niveles alarmantes, causando numerosos daños a los seres vivos y al equilibrio de la naturaleza.
Entre las principales acciones que causan la contaminación del aire están: la quema de combustibles fósiles para generar energía para las industrias y como combustibles en los coches.
La combustión de otros materiales, como la madera y la biomasa, también libera gases contaminantes. La quema de bosques para el pastoreo y la agricultura, por ejemplo, es una de las mayores causas de emisión de gases contaminantes en Brasil.
Además, otras actividades industriales, como la siderurgia y la minería, también son responsables de la emisión de contaminantes y de la contaminación del aire atmosférico.
Principales contaminantes atmosféricos
- Dióxido de carbono (CO2): uno de los principales gases contaminantes, se emite a la atmósfera a partir de la quema de combustibles fósiles. También llamado gas carbónico, es el principal gas responsable de la intensificación del efecto invernadero y del calentamiento global.
- Monóxido de carbono (CO): también emitido por la quema de combustibles fósiles, este gas es extremadamente tóxico y, según la cantidad inhalada, puede provocar la muerte por asfixia.
- Dióxido de azufre (SO2): liberado por las industrias, la quema de combustibles fósiles y la erupción de volcanes, este gas es uno de los responsables de la lluvia ácida. En los seres humanos, este gas puede causar irritación, tos y náuseas.
- Dióxido de nitrógeno (NO2): liberado por la combustión de los combustibles de los automóviles, es un gas muy tóxico, puede causar irritación, alergias y en casos más graves insuficiencia respiratoria y hemorragias. Junto con el dióxido de azufre, es responsable de la lluvia ácida.
- Materia particulada: Pequeñas partículas sólidas y líquidas presentes en el aire. Cuando se inhalan, estas partículas pueden causar problemas respiratorios y cardíacos.
- Ozono (03): El ozono es un gas extremadamente importante para la vida en la Tierra, es la capa de ozono que nos protege de los rayos ultravioleta del sol. Sin embargo, cuando está más cerca de la superficie terrestre, es perjudicial para la naturaleza y los seres humanos. El ozono puede afectar al metabolismo de las plantas y causar irritación en las mucosas.
Consecuencias de la contaminación atmosférica
Las consecuencias de la contaminación atmosférica para la vida en el planeta son extremadamente peligrosas. Además de las enfermedades causadas en los seres vivos, la contaminación altera todo el equilibrio del ecosistema de la Tierra.
Como resultado de los altos índices de contaminación de las últimas décadas, el mundo está sufriendo un proceso de cambio climático, que está comprometiendo la calidad de vida de las personas.
Efecto invernadero y calentamiento global
Esta es una de las consecuencias más preocupantes de la contaminación y ha sido un tema que ha preocupado mucho a la comunidad científica y a los países.
El efecto invernadero es un proceso natural que mantiene la temperatura del planeta Tierra en niveles adecuados para nuestra supervivencia.
Sin embargo, debido principalmente a la quema de combustibles fósiles, el ser humano está emitiendo una cantidad muy grande de gases de efecto invernadero a la atmósfera.
El cambio en la cantidad de estos gases en la atmósfera es responsable de la intensificación del calentamiento global, que puede provocar el deshielo de los glaciares, la desaparición de las ciudades costeras y el desequilibrio de los ecosistemas.
Lluvia ácida
La lluvia ácida se produce cuando elementos como el dióxido de azufre (SO2) y el dióxido nitroso (NO2) interactúan con el vapor de agua y forman ácidos.
Cuando se precipita, el agua de lluvia tiene altos niveles de ácido, lo que conlleva numerosos daños medioambientales, como la contaminación del suelo, la destrucción de los cultivos y la contaminación de los animales.
Además, la lluvia ácida puede corroer edificios y monumentos históricos.
Inversión térmica
La inversión térmica suele producirse en los grandes centros urbanos, donde hay una gran concentración de contaminantes atmosféricos y suele ocurrir con más frecuencia durante el invierno.
En este fenómeno, una capa de aire caliente se superpone a una capa de aire frío debido a la acumulación de contaminantes. La capa fría no puede circular hacia arriba y los gases contaminantes quedan atrapados cerca de la superficie atmosférica.
Estos gases cercanos a la superficie pueden provocar intoxicaciones, enfermedades respiratorias e irritación de las mucosas.
Daños para la salud
La respiración es la acción más fundamental para mantener la vida, por lo que la contaminación del aire puede ser tan peligrosa y dañina para los seres vivos.
Entre los problemas de salud causados por la contaminación atmosférica se encuentran las enfermedades respiratorias, como el asma y la bronquitis, las neumonías, la tos, las irritaciones y las alergias.
En casos más graves, la contaminación atmosférica puede causar daños en el sistema inmunitario, nervioso y reproductor, hipertensión, cáncer e incluso, la muerte.
La contaminación atmosférica y La gran niebla
Uno de los casos más graves de contaminación atmosférica ocurrió en el año 1952 en Londres y se conoció como la gran niebla.
En aquella ocasión, la liberación de azufre procedente de la quema de carbón de las industrias, sumada a las condiciones meteorológicas adversas, formó una gran niebla de contaminación sobre la ciudad.
Se calcula que durante esa semana murieron 4.000 personas a causa de la gran niebla. Miles de personas más murieron o enfermaron tras el suceso.