La mayoría de la gente piensa en sus características como «buenas» o «malas». Ser amable y humilde se considera bueno, mientras que ser perezoso o pesimista es malo. Pero a veces, algunos defectos pueden conducirte a cosas buenas, o incluso al éxito.
Así que aquí tienes 10 características que se consideran defectos, pero que pueden representar cualidades en determinados contextos.
1. Ser introvertido o tímido
La sociedad parece girar en torno al extrovertido, con grandes oficinas abiertas para trabajar, bares para conocer gente, fiestas, y todo esto puede asustar a las personas introvertidas.
Muchas personas ven la timidez como una debilidad. Y claro, ser demasiado tímido puede hacerte perder ciertas oportunidades, pero este rasgo también tiene sus puntos fuertes: las personas tímidas e introvertidas suelen ser más reflexivas y observadoras que las extrovertidas, y también son mejores oyentes.
2. Estar obsesionado con las cosas
La obsesión puede ser peligrosa si no tenemos cierto control sobre ella, dejando que afecte a tu sueño, a tus relaciones o a tu salud. Pero estar obsesionado con algo también puede ser motivador. Puedes estar obsesionado por el deporte, como comentan en este artículo.
Pocas personas consiguen grandes cosas si no ponen toda su dedicación en ello. Así que estar obsesionado con algo, como la escritura, la música o una idea determinada, puede darte la fuerza para alcanzar el éxito.
3. Ser terco y negarse a rendirse
Todos pasamos por dificultades, pero la diferencia entre las personas que tienen éxito y las que no lo tienen es la forma en que lo afrontan. Mientras que algunos se rinden en cuanto se encuentran con un obstáculo, las personas con éxito siguen fracasando y volviéndolo a intentar porque saben que eso les llevará a una recompensa final.
Thomas Edison necesitó muchos intentos antes de inventar la bombilla, y cuando le preguntaron al respecto dijo: «No fracasé. Acabo de encontrar 10.000 formas que no funcionan».
La gente puede mirar con extrañeza a alguien que nunca se rinde, pero esa es la mejor manera de superar los retos.
4. No tener una vida estable y ejemplar
Desde la infancia se nos lleva a seguir un camino concreto: ir a la escuela, a la universidad, trabajar horas al día, casarse, tener hijos y luego jubilarse. Y cuando alguien se sale de ese patrón, al no querer un trabajo estable, o no tener familia, puede ser visto como perdido.
No tener una vida que siga los modelos sociales puede parecer extraño para algunos, pero ser el estilo perfecto para otra persona. Eso no la convierte en una persona equivocada o fracasada por no tener una casa o un trabajo muy remunerado, simplemente tiene otros objetivos en la vida.
5. Ser egoísta
Al tomar un camino diferente y ponerte a ti mismo en primer lugar, la gente puede molestarse contigo. Puede que entristezcas a tu familia por querer mudarte de país, que acabes con una relación por un negocio o que seas mal visto por abandonar ese proyecto de empresa.
Por supuesto que no quieres hacer infeliz a la gente, pero es importante saber pensar en ti mismo, centrarte en tu vida y aprender a decir no cuando sea necesario para poder alcanzar tus propios objetivos.
6. Ser pesimista
Mucha gente se queja de los que son pesimistas, pero ser optimista pensando que todo va a ir bien sin actuar cuando es necesario es una muy mala elección.
Pensar en todo lo que puede salir mal te ayuda a planificar cualquier situación y a evitar problemas. También te frustras menos si las cosas no funcionan. En otras palabras, siempre que no abandones las cosas por ello, un poco de pensamiento negativo puede ser algo bueno.
7. Ser más lento que la mayoría
¿La mayoría de la gente se apresura a hacer mil millones de cosas en un día, mientras que tú nunca puedes seguir ese ritmo? ¿O te parece que tardas mucho más en entender algo? Eso no es necesariamente tan malo como dice Maria Hernandez.
Un movimiento más lento te permite hacer las cosas mejor, con más atención, además de estresarte menos. La cantidad no es mejor que la calidad, así que ser un poco lento puede tener beneficios al final de cada paso.
8. Ser desorganizado
Ser un poco desordenado no es un pecado mortal, pero mucha gente lo asocia con ser improductivo o relajado.
Pero las personas desorganizadas en su vida cotidiana pueden ser más propensas a la creatividad, o a asumir riesgos sin miedo. La desorganización puede incluso inspirar, pero no dejes que el desorden se apodere de ti.
9. Distraerse fácilmente
Estar distraído puede dificultar la concentración en tu trabajo, pero también puede ayudarte a ser más creativo. Cuando no estás concentrado, consideras una gama más amplia de información y piensas más fuera de la caja.
Tanto la concentración como la distracción desempeñan un papel importante en nuestras vidas, por lo que el hecho de que te distraigas fácilmente no tiene por qué verse como algo malo.
10. Ser perezoso
Por cada diez personas que trabajen duro, siempre habrá una con pereza para hacer el trabajo, por lo que encontrará la forma de automatizar ese proceso. La pereza puede ser una buena causa de evolución, si se utiliza adecuadamente.
Si te da pereza algo, eso puede ser una motivación para que hacer ese trabajo, agilizando los procesos para hacerlos más fáciles. Pero, por supuesto, para hacerlo tendrás que levantarte primero de la cama.
Así que, como podemos ver, algunos defectos pueden no ser tan malos como la mayoría de la gente piensa. Sabiendo dosificar cómo nos afectan, podemos aprovechar esos rasgos para algo bueno en nuestra vida.