El estoicismo es una escuela y doctrina filosófica surgida en la antigua Grecia, que pretende la fidelidad al conocimiento y un enfoque de todo aquello que únicamente puede ser controlado por la propia persona. Desprecia todo tipo de sentimientos externos, como la pasión y los deseos extremos.
La escuela estoica fue creada por Zenón de Escitia en la ciudad de Atenas hacia el año 300 a.C., pero la doctrina se hizo efectivamente conocida cuando llegó a Roma. Su tema central era que todo el universo se regía por una ley natural divina y racional.
Así, para que el ser humano alcance la verdadera felicidad, debe depender únicamente de su «virtud», es decir, de sus conocimientos y valores, renunciando por completo al «vicio», considerado por los estoicos un mal absoluto.
El estoicismo también enseña a mantener una mente tranquila y racional, independientemente de lo que ocurra. Enseña que esto ayuda a los seres humanos a reconocer y centrarse en lo que pueden controlar y a no preocuparse y aceptar lo que no pueden controlar.
Los principios de la filosofía estoica, que guían a los seguidores de la doctrina, son:
- La victoria es el único bien y camino hacia la felicidad;
- Una persona debe priorizar siempre el conocimiento y actuar con la razón;
- El placer es enemigo del sabio;
- El universo se rige por una razón natural y divina universal;
- Las actitudes tienen más valor que las palabras, es decir, lo que se hace tiene más importancia que lo que se dice;
- Los sentimientos externos hacen a los seres humanos irracionales y no imparciales;
- No hay que preguntarse por qué ha pasado algo en tu vida y sí aceptarlo sin quejarse, centrándose solo en lo que se puede modificar y controlar en esa situación;
- Actúa con prudencia y asume la responsabilidad de tus actos;
- Todo lo que nos rodea ocurre según una ley de causa y efecto;
- La vida y las circunstancias no están idealizadas. El individuo necesita vivir y aceptar su vida tal y como es.
A partir de estos principios es posible comprender que una persona estóica es aquella que no se deja llevar por creencias, pasiones y sentimientos que son capaces de arrebatar a la persona su racionalidad a la hora de actuar, como los deseos, el dolor, el miedo y el placer. Esto se debe a que estas circunstancias son infundadas e irracionales.
La persona estoica trata de actuar racionalmente, incluso con la existencia de estos sentimientos. No es que el estoico sea un individuo sin sentimientos, pero no es prisionero de ellos.
Las enseñanzas de la filosofía estoica
La filosofía estoica se centra en la vida práctica, en las acciones y acontecimientos cotidianos y en cómo los seres humanos se enfrentan a ellos de forma racional y práctica.
Según el pensamiento estoico, hay cosas que no están bajo el control de las personas y hay cosas que son posibles de controlar. En este caso, sobre lo que no es posible controlar, como el clima, por ejemplo, no se puede hacer nada para cambiar su estado.
Las enseñanzas de la filosofía, como la ataraxia, la suficiencia de sí mismo, la negación de los sentimientos externos y el afrontamiento de los problemas mediante la razón, pretenden mostrar que el individuo debe centrarse solo en lo que es posible controlar, agradecer lo que ya tiene y negar los placeres y emociones extremos.
Según la filosofía estoica, los acontecimientos que escapan al control de uno no pueden proporcionar la felicidad. La felicidad depende únicamente de los acontecimientos que puedes controlar.
Las principales enseñanzas de la filosofía estoica son
Ataraxia
El centro de la filosofía estoica es la consecución de la felicidad mediante la ataraxia, un ideal de tranquilidad en el que se puede vivir serenamente y con tranquilidad.
Para los estoicos, el individuo únicamente podía alcanzar esta felicidad mediante sus propias virtudes, es decir, su conocimiento.
Autosuficiencia
La autosuficiencia es uno de los principales objetivos de los estoicos. Esto se debe a que el estoicismo predica que cada ser debe vivir de acuerdo con su naturaleza, es decir, debe actuar responsablemente con lo que sucede en su propia vida.
Por lo tanto, como ser racional que es, el ser humano debe valerse de sus propias virtudes en aras de alcanzar su fin más elevado: la felicidad.
Negación de sentimientos externos
Los estoicos consideran que los sentimientos externos (pasión, lujuria, etc.) son perjudiciales para el ser humano, porque hacen que deje de ser imparcial y se vuelva irracional.
Todos estos sentimientos son considerados como vicios y como causantes de males absolutos que comprometen la toma de decisiones y la organización de los pensamientos de forma lógica e inteligente.
Afrontar los problemas a través de la razón
En la búsqueda de la vida tranquila y feliz, la filosofía estoica sostiene que deben ignorarse todos los factores externos que comprometen la perfección moral e intelectual.
Incluso en la adversidad, en situaciones problemáticas o difíciles, las personas deben elegir reaccionar siempre con calma, tranquilidad y racionalidad, sin dejar que los factores externos comprometan su capacidad de juicio y acción.
Diferencias entre estoicismo y epicureísmo
El epicureísmo fue también una escuela filosófica de la antigua Grecia, fundada entre el 341 y el 270 antes de Cristo por Epicuro. Esta doctrina filosófica creía que el individuo sólo alcanza la paz y la tranquilidad si encuentra la ausencia de dolor.
Mientras que el estoicismo enseña que hay que usar la razón, negar los placeres terrenales y aceptar los dolores y los problemas, ocupándose sólo de lo que se puede controlar, el epicureísmo predica que los individuos deben buscar placeres moderados para alcanzar un estado de tranquilidad y liberarse del dolor.
Sin embargo, no se puede abusar de los placeres, ya que pueden presentar trastornos que dificulten la búsqueda de la serenidad, la felicidad y la salud corporal.
Por su parte, el estoicismo, al contrario que el epicureísmo, predica que la búsqueda de la felicidad reside en la eliminación de los placeres y en las acciones racionales ante cualquier circunstancia.
El epicureísmo, a su vez, es materialista, no entiende que el universo tenga un orden racional natural, no hay una razón universal que gobierne todo el universo, del que el alma humana forma parte.
Por su parte, el estoicismo cree que el universo se rige por un orden natural y divino.
Ver también el significado de hedonismo y epicureísmo.
Los 4 principales filósofos estoicos
Zenón de Litio
Zenón fue el filósofo fundador del estoicismo. Nacido en la isla de Chipre, fue el creador de la escuela estoica.
Escultura que representa a Zenón de Litio
El sentido de la vida consiste en estar de acuerdo con la naturaleza.
Marco Aurelio
Marco Aurelio fue un poderoso emperador romano que siguió el estoicismo durante su reinado de 19 años. Se hizo conocido por su paz y tranquilidad, incluso en medio de los problemas de su reino, afrontando las circunstancias de forma racional.
Recopiló sus pensamientos y conclusiones sobre la vida en un libro llamado Meditaciones de Marco Aurelio.
Una cita de Marco Aurelio que resume bien el pensamiento estoico es
«La felicidad de tu vida depende de la calidad de tus pensamientos»
Epitetus
El segundo gran referente del estoicismo fue Epíteto, que nació como esclavo y a lo largo de su vida fundó su propia escuela estoica, enseñando a algunas personas muy influyentes de Roma, entre las que se encontraba el propio emperador Marco Aurelio.
Sus enseñanzas están recopiladas en el libro Manual de Epithetus. Una de las frases del filósofo que explicaba la doctrina estoica era
«Expulsa de ti los deseos y los temores, y no tendrás nada que te tiranice»
Seneca
Tutor y consejero del famoso emperador romano Nerón, Séneca fue también un gran político y escritor. Como filósofo, fue uno de los principales representantes del estoicismo en el Imperio Romano.
Sus pensamientos y enseñanzas fueron recopilados en algunos libros, el principal de los cuales es Cartas de un estoico. Una de sus frases más famosas fue
«A veces incluso vivir es un acto de valor»
Las 3 etapas del estoicismo
El estoicismo se divide en tres períodos principales: ético (antiguo), ecléctico (medio) y religioso (reciente).
Fase 1
El llamado estoicismo antiguo o ético fue vivido por el fundador de la doctrina, Zenón de Ciccio (333 a 262 a.C.), y fue concluido por Crisipo de Solunte (280 a 206 a.C.), de quien se dice que desarrolló la doctrina estoica y la transformó en el modelo que hoy se conoce.
Fase 2
En el estoicismo medio o ecléctico, el movimiento comienza a extenderse entre los romanos, siendo el principal impulsor de la introducción del estoicismo en la sociedad romana Panecio de Rodas (185 a 110 a.C.).
Sin embargo, el rasgo más llamativo de este periodo fue el eclecticismo que sufrió la doctrina por la absorción de pensamientos de Platón y Aristóteles. Posidonio de Apamea (135 a.C. a 50 d.C.) fue el responsable de esta mezcla.
Fase 3
Por último, la tercera fase del estoicismo se conoce como religiosa o reciente. Los miembros de este periodo consideraban la doctrina filosófica no como parte de una ciencia, sino como una práctica religiosa y sacerdotal. El emperador romano Marco Aurelio fue uno de los principales representantes del estoicismo religioso.