Las libélulas (nombre científico: anisópteros) son insectos carnívoros y depredadores del orden Odonata. Su cuerpo está formado por la cabeza, el tórax y el abdomen y suelen ser de colores vivos y brillantes.
Son uno de los primeros insectos que aparecieron en la Tierra: están presentes en el planeta desde el período Carbonífero de la era Paleozoica, hace unos 300 millones de años, antes incluso de que existieran los dinosaurios.
La mayor parte de su vida transcurre en el periodo larvario, cuando viven en ríos y lagos. Las libélulas sufren varias mutaciones hasta la edad adulta, cuando se convierten en insectos terrestres y aéreos.
Hay unas 5.600 especies de libélulas en todo el mundo.
Este insecto también es portador de varios simbolismos para diferentes pueblos, principalmente por su capacidad de transformación.
Características morfológicas
Las libélulas están formadas por cabeza, tórax y abdomen y su longitud puede variar de 2 a 16 cm, según la especie.
En su tórax se encuentran tres pares de patas con pequeños pelos que les ayudan a capturar a sus presas y dos pares de alas membranosas y rígidas. Tienen dos pequeñas antenas en la cabeza.
Sus ojos ocupan casi toda la cabeza y están compuestos por cientos de miles de lentes hexagonales que les dan una visión privilegiada de casi 360º.
Las libélulas son uno de los insectos más rápidos que existen, pueden alcanzar una velocidad de 85 km por hora.
Hábitat: ¿dónde viven las libélulas?
Las libélulas viven en zonas pantanosas y cerca de ríos y arroyos. Pueden encontrarse en todos los continentes -excepto en el Polo Norte-, pero son más comunes en las regiones tropicales y subtropicales.
Las libélulas son importantes bioindicadores de la calidad del agua: la contaminación de ríos, lagos y arroyos es una amenaza para la vida de estos insectos.
Ciclo vital
El ciclo vital de una libélula consta de tres etapas: huevo, larva y adulto.
Los huevos los ponen las libélulas adultas en lugares cercanos a ríos y lagos, directamente en el agua o en los sustratos cercanos a los cursos de agua.
El periodo larvario es el más largo y puede durar hasta 5 años, dependiendo de la especie. La fase adulta es corta y dura entre 3 y 6 meses.
Alimentación
Durante la fase larvaria, respiran por medio de branquias y se alimentan de anfibios y peces. Su labio tiene forma de gancho para facilitar la captura de la presa.
En esta fase, no suelen moverse para capturar a su presa; esperan a que se acerque.
En la fase adulta, las libélulas se alimentan de otros insectos que capturan durante el vuelo, como abejas, moscas y escarabajos. Son importantes en el control biológico de los mosquitos, incluido el aedes aegypti, transmisor del dengue y la fiebre amarilla urbana.
Reproducción
La fase adulta es la más breve del ciclo vital de la libélula, por lo que cuando llega a esta fase, tiene prisa por aparearse.
Los machos se disputan los territorios para conseguir una hembra con la que aparearse. Antes de copular, el macho transfiere los espermatozoides a los genitales más externos y, cuando encuentra una hembra, la agarra por el tórax o la cabeza y la mantiene cautiva para copular.
Durante el apareamiento, el cuerpo del macho y de la hembra se asemejan a una forma de corazón.
Incluso después de la cópula, los huevos pueden no ser fecundados. Esto se debe a que la hembra puede aparearse con otros machos después de la cópula. Y el macho, antes de la cópula, retira de la hembra todos los espermatozoides de otro macho para asegurar la perpetuación de sus genes.
Simbología de la libélula
Las libélulas son insectos cargados de simbolismo para varios pueblos. Debido a su proceso de mutación, se relacionan con el cambio, las transformaciones y la capacidad de adaptación.
En algunos países, como Japón, la libélula se asocia con la felicidad, el valor y la prosperidad. En América, el insecto significa la renovación en tiempos de dificultad.
Pero la libélula también se asocia a significados negativos. Los suecos, por ejemplo, creían que el diablo utilizaba a las libélulas para agobiar el alma de la gente. En China, el insecto simboliza la inconstancia.